Incontinencia urinaria

Los músculos del suelo pélvico, situados bajo la vejiga y alrededor de la uretra, se encargan del control adecuado del vaciamiento de la vejiga.

Una de cada 4 mujeres y uno de cada 8 hombres experimenta una interrupción de este proceso en algún momento de su vida.

Causas principales:

Los músculos del suelo pélvico pueden estar debilitados.
En la mayoría de los casos, la incontinencia se produce por un debilitamiento de los músculos del suelo pélvico que mantienen cerrada la uretra. Cuando pierden su elasticidad, actividades cotidianas como reírse, toser, levantar peso y correr, pueden causar pérdidas.

En el caso de las mujeres, las causas principales de la incontinencia se derivan de los cambios que se producen en el embarazo, el parto y la menopausia.

Maternidad
La combinación de los cambios hormonales, la presión del útero sobre la vejiga y el esfuerzo del propio parto pueden reducir la eficacia de los músculos pélvicos.

La pérdidas se pueden producir durante del embarazo y tras el mismo, e incluso, en el caso de algunas mujeres, sucede mucho después. Cuando se experimenta en el embarazo, suele ser temporal.

Menopausia
Hay una disminución de la cantidad de estrógenos que afecta a los músculos abdominales. Esto puede provocar un cambio de posición de la vejiga, reduciendo así la eficacia de los músculos que la mantienen cerrada.

Sobrepeso
Puede suponer una presión añadida en los músculos pélvicos y abdominales, que puede originar pérdidas.

Problemas médicos
Por ejemplo, infarto cerebral, demencia o diabetes. En ocasiones, las pérdidas se explican por daños o interferencias en los canales nerviosos, lo que impide el intercambio de las señales adecuadas entre el cerebro y la vejiga; en el caso de la demencia, se produce un error al registrar estas señales. Con eso se puede desarrollar vejiga hiperactiva (necesidad de orinar con mucha frecuencia) o vejiga hipoactiva (vaciado inadecuado de la vejiga, lo que produce pérdidas).

Daños neurológicos
Las enfermedades de Parkinson, Alzheimer, espina bífida, esclerosis múltiple o los daños cerebrales también pueden afectar a la comunicación entre el cerebro y la vejiga, por lo que se produce la incapacidad de controlar la vejiga o vaciarla por completo.

Medicación
La incontinencia puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos y algunos de ellos tienen propiedades diuréticas que estimulan la orina.

Infecciones de orina
Pueden conllevar una hipersensibilidad de la vejiga. Se produce cuando la vejiga, sin encontrarse llena por completo, envía incorrectamente señales urgentes al cuerpo para orinar.

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